16 ene 2011

Empecemos por el principio...

Y el principio es la ropa interior. Es lo fundamental, porque desde ella empezamos a vestirnos y porque no somos conscientes de lo importante que es para que la ropa exterior nos siente bien. Mucho más en el caso de las mujeres que tienen más curvas que poner en su sitio...
En el caso de la ropa interior femenina se llama, por lo general, lencería a todo, pero si os fijáis en el comercio textil se distingue entre corsetería y lencería. Siendo la corsetería la sección en la que se encuentran sujetadores, bragas, ligueros, etc y la lencería, la que está repleta de batas, pijamas y camisones.

Muchas veces estas secciones se solapan con artículos como los combinaciones o camisones. Pero probablemente, si es sexy estás en la sección de corsetería, si se lo regalarías a tu madre...pues estás en lencería.


LA TALLA DEL SUJETADOR

Se dice que un 80% de las mujeres no sabe la talla que lleva y un 70% lleva una talla de sujetador que no es la suya.
No voy a explicar  los inconvenientes médicos que puede suponer llevar una talla equivocada de sujetador, porque sin ser médico el sentido común me hace imaginármelos. Iré a lo superficial y a lo estético.
Llevar una talla pequeña de sujetador hace que una mujer no tenga dos pechos, hace que tenga cuatro; le salen michelines por la espalda hasta a la más escuálida y, por si fuera poco, duele. Y cuando la talla que se lleva queda grande, el sujetador arruga por delante, no sujeta y se acortan tanto los tirantes para intentar notar algo de sujeción, que llevamos el cierre de la espalda a la altura de la nuca. De este modo conseguimos ese look jorobado de Notre Dame que, por muy francés que sea, de chic tiene poco.

Para elegir la talla correcta no hace falta tomarse 2, 3 o 4 tipos de medidas. Estoy convencida que nadie es capaz de memorizar sus medidas o las tablas. Además nuestra talla puede variar.
Las tallas de sujetador constan de unos números y una (o más) letras. Los números son la talla del contorno y la letra, la de la copa. La talla no representa más que la proporción entre el contorno y la profundidad del pecho.

Lo que tenemos que medir para conocer nuestra talla es, en realidad, nuestra proporción o desproporción entre el contorno de espalda y la profundidad de nuestro pecho. Elegiremos primero la talla correcta de contorno abrochándonos el sujetador y dejándolo bajo el pecho sin "colocarlo" en las copas: tiene que quedar firme y recto, sin apretar ni resbalarse . Si es así esa talla es nuestra talla de contorno.
Ahora subimos el resto del sujetador. Las copas, independientemente de su forma, tienen que cubrir la parte central del pecho y no oprimirlo, de modo que si nos ponemos de lado o nos vestimos con una prenda ajustada no se note un corte.
Así lo que nos podemos encontrar con los siguientes casos de "desproporciones":
Cuando la talla de copa y la de contorno están proporcionadas, la talla lleva la letra B.
Cuando la talla de copa está desproporcionada con el contorno porque ésta es más pequeña (-1) lleva la letra A.
Cuando la talla de copa está desproporcionada con el contorno porque ésta es más grande (+1) lleva letra C.
Cuando la talla de copa está desproporcionada con el contorno porque ésta es más grande (+2) lleva letra D.




Esta tabla representaría a unas mujer con una espalda de la talla 90 y un busto de la 90 (B), 85 (A), 95(C) ...y así sucesivamente. Y este es el momento en el que si hay un chico leyendo esto  habrá visto la luz y puede que exclame un " así de claro no nos darán gato por liebre". 

Por si fuera poco lío, existen tres sistemas de tallajes que salen en todas las etiquetas, el de España y Francia, el de Europa y el de Estados Unidos y Reino Unido.


Las letras del tallaje van desde la A (en otros países incluso AA) hasta la G (aunque en algunos establecimientos se pueden encontrar  copas más profundas).


Y UNA VEZ QUE LLEVAMOS NUESTRA TALLA...

¿Qué queréis que os diga! Este tostón era necesario. No vale de nada ponerse en las mejores perchas de España (que no dudo que lo seamos) las mejores prendas, si lo estropeamos con una ropa interior que no nos realce y nos haga ir hechos unos zarrios.

Espero que no haya sido mucho rollo. Estad atentos a la siguiente entrada que prometo que será más amena.




Exámen: ¿quién tiene más probabilidad de salir en la nueva portada de Playboy una chica de talla 90B o una de la 85E?    
 
             

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